Mateo
ANMA: Nuestra Historia
Siempre sentí una conexión especial con las velas. Para mí, eran algo universal, más allá de creencias o rituales específicos. En mi familia, siempre estuvieron presentes en los momentos de agradecimiento, formando parte del ambiente, aunque sin un significado profundo para mí.
Todo cambió el día que mi socio me mostró una vela que cambiaba de color. No fue solo la transformación lo que me conmovió, sino la chispa de emoción en sus ojos. Vi cómo algo tan simple encendía algo dentro de él y, en ese instante, entendí que las velas podían ser mucho más que luz. Me pregunté si podríamos crear algo que despertara esa misma emoción en las personas, algo que trascendiera lo tangible y tocara el alma.
Esa idea encendió una chispa en mí y, a partir de ese momento, el objetivo quedó claro: transformar la experiencia de encender una vela en una conexión emocional y sensorial. Mi socio, con su visión creativa, se encargó del diseño y dio vida a nuestra marca, mientras yo me dediqué a descubrir las mejores técnicas y seleccionar las fragancias más exquisitas, aquellas que pudieran transportar a quien las encendiera a un lugar de paz y belleza. No queríamos ser una marca de lujo más, queríamos algo que tocara corazones, un regalo significativo, una representación de nuestra pasión y dedicación.
Sin embargo, como toda gran historia, no todo ha sido felicidad y armonía. La pérdida de mi madre marcó profundamente este camino. Durante el proceso de duelo, me volqué aún más en ANMA, y cada paso en su crecimiento se convirtió en un pequeño acto de sanación. Convertí el dolor en fortaleza, en sacrificio, y comencé a soltar comodidades y relaciones que, aunque valiosas, ya no estaban alineadas con este nuevo rumbo. Aprendí que, a veces, es necesario dejar ir a personas y lugares, no porque nos hayan hecho daño, sino porque nuestro ciclo con ellos ha llegado a su fin. Aceptar estos cambios con madurez y propósito fue tan doloroso como necesario para seguir adelante con una visión renovada.
Este viaje de aprender a soltar para poder avanzar también ha traído recompensas. Hoy, nuestras velas, elaboradas con amor en Medellín, Colombia, están presentes en los mercados internacionales. Nos enorgullece saber que nuestro trabajo dedicado y minucioso cruza fronteras y crea experiencias memorables para personas de todo el mundo.
Además de mi rol en ANMA, mi trayectoria profesional es diversa y enriquecedora. Soy profesional en telecomunicaciones con amplios conocimientos en gestión de mercados y técnico en administración de empresas. Además, estoy certificado en sanación con cristales y medicina para el cuerpo, las emociones y el espíritu, lo que me ha permitido conectar esta pasión por el bienestar con la esencia de nuestra marca. Me apasionan los temas relacionados con el bienestar, la revolución interior y el poder de la automagia, lo que le da un enfoque único e intencional a cada vela que creamos.
Mi visión para el futuro de ANMA es que sea más que una marca de lujo. Quiero que sea una puerta de entrada a momentos de paz y conexión, un símbolo de calidad humana, donde cada vela lleve un trocito de nuestra historia. Más que objetos, deben ser experiencias que reflejen nuestros ideales y hagan que cada sacrificio y esfuerzo que hay detrás valga la pena. ANMA tiene alma, y nuestra misión es que esa alma ilumine hogares de todo el mundo.